En la pintura de nuevos cuerpos de automóviles y muchos otros productos, la durabilidad a largo plazo y el atractivo para el consumidor dependen de la calidad de los procesos de aplicación del recubrimiento. Esta calidad, determinada por la adherencia, dureza, resistencia a la corrosión, acabado y color, depende en gran medida de los ciclos de temperatura de curado. Los sensores de temperatura por infrarrojos sin contacto de Calex son capaces de proporcionar al usuario u OEM un control preciso sobre este ciclo, donde antes no existía ninguno.

El proceso de pintura de automóviles generalmente consiste en la aplicación y curado de una o dos capas de imprimación y una o dos capas de pintura. Se emplean hornos calentados por radiación y convección para “aumentar” la temperatura a una velocidad controlada y “mantenerla” (sostener la temperatura) durante un tiempo predeterminado como óptimo para el adecuado curado de todas las partes del recubrimiento.

Antes de la instalación de los sensores de temperatura por infrarrojos, se utilizaban métodos de medición indirectos. Uno consistía en monitorear la temperatura del aire en el horno para inferir la temperatura del automóvil, lo cual era inexacto, especialmente en secciones de calor radiante. Otro método era una verificación puntual, fuera de línea y que consumía mucho tiempo, consistente en pasar un cuerpo de automóvil especial equipado con termopares a través de los hornos de forma periódica.

Los sensores de Calex permitieron una medición directa, precisa y en línea. El sensor infrarrojo también permitió introducir controles separados para el calentamiento superior y lateral. Esto fue valioso debido a las diferentes masas térmicas y, por lo tanto, tasas de calentamiento del techo y los laterales del automóvil.

Dos hechos importantes que surgieron durante los trabajos:

  1. Las emisividades de diferentes colores de pintura no variaron más del 1%. Se utilizó un ajuste de 0.95.
  2. Las funciones de retención de pico y de valle podrían utilizarse para eliminar los efectos de mirar los calentadores o las paredes del horno entre los cuerpos de automóviles.

Algunos fabricantes de automóviles se dieron cuenta rápidamente del valor que proporcionan los sensores de IR, en forma de reducción de retrabajo en la pintura, mejora de la adherencia, color más consistente y un mayor control general del proceso y calidad, lo que permitiría un rápido retorno de la inversión. Se ha producido una mejora en su competitividad en el mercado automotriz. La capacidad de medición de temperatura precisa y sin contacto de estos sensores es igualmente aplicable a todas las demás aplicaciones de recubrimiento y pintura.

 

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